
¿Qué hacer si el casero no te devuelve la fianza?
Publicado el 17 de julio de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 10 min
Índice
- Qué es la fianza y plazos legales
- Retenciones válidas y cálculo
- Pruebas y documentación imprescindible
- Comunicación inicial con el casero
- Burofax y reclamación formal
- Mediación y consumo
- Vía administrativa y arbitraje
- Demanda judicial y costes
- Intereses de demora y actualización
- Cómo prevenir problemas en la salida
- Preguntas frecuentes
Qué es la fianza y plazos legales
La fianza de un alquiler es una garantía en efectivo que el inquilino entrega al firmar el contrato para cubrir posibles impagos o daños más allá del uso normal. En la práctica habitual en España, equivale a una mensualidad en viviendas (puede haber garantías adicionales pactadas). Al finalizar el contrato y devolver la vivienda, el casero debe restituir la fianza si no existen cantidades pendientes ni deterioros imputables al inquilino. Si el casero no te devuelve la fianza, conviene conocer con precisión los plazos y los motivos que podrían justificar una retención.
El plazo legal de devolución se cuenta desde la entrega de llaves, momento en que el inquilino devuelve la posesión del inmueble. A partir de esa fecha, el arrendador debe liquidar suministros, verificar el estado de la vivienda y, seguidamente, reintegrar la fianza. La normativa de arrendamientos y los depósitos en organismos autonómicos fijan referencias temporales y consecuencias por demora, por lo que resulta esencial anotar la fecha exacta de la entrega y conservar justificantes.
Es importante distinguir entre el depósito de la fianza en un organismo público (que suele ser obligatorio para el casero) y la devolución efectiva al inquilino. El depósito administrativo no paraliza el derecho del inquilino a cobrar en plazo; en su caso, el casero debe gestionar la devolución del organismo y transferir el importe al arrendatario. Si el propietario alega retrasos en la administración, eso no justifica demoras indefinidas: sigue existiendo la obligación de devolver lo que corresponda, aplicando los ajustes por consumos y desperfectos debidamente acreditados.
Idea clave: documenta cuándo devolviste las llaves y solicita por escrito el cierre de suministros. Es el punto de partida para cualquier reclamación por devolución de fianza.
Retenciones válidas y cálculo
No toda retención es arbitraria. El casero puede descontar del importe de la fianza ciertas cantidades siempre que estén justificadas, cuantificadas y vinculadas al contrato. Entre las retenciones válidas se encuentran: rentas impagadas, suministros pendientes hasta la fecha de corte, daños que excedan el uso normal (por ejemplo, roturas o desperfectos provocados por negligencia), o la falta de cumplimiento de obligaciones de mantenimiento expresamente asumidas por el inquilino. En ningún caso la fianza cubre mejoras estructurales o renovaciones que el propietario decida hacer por su cuenta.
Para calcular una retención legítima, el casero debe aportar facturas, presupuestos o evidencias claras. Por ejemplo, si existen daños, se justifican con un parte fotográfico comparativo entre el estado inicial y el final y con un presupuesto razonable de reparación. Si hay consumos, deben liquidarse con lecturas de contadores y facturas de fin de contrato. Una práctica correcta es detallar en un desglose todas las partidas y su importe, y acompañarlo de la documentación soporte. Sin ese respaldo, la retención carece de base y puede considerarse improcedente.
- Rentas debidas: cálculo proporcional a la fecha de entrega efectiva.
- Suministros: facturas finales y lecturas de contadores.
- Daños: informe fotográfico, presupuesto y descripción del origen.
- Limpieza extraordinaria: solo si supera el uso normal, con factura.
Regla práctica: si la retención no está documentada, impúgnala por escrito y solicita el detalle y las pruebas. La carga de justificar el descuento recae en el casero.
Pruebas y documentación imprescindible
Si el casero no devuelve la fianza, tus mejores aliados serán las pruebas reunidas desde el inicio de la relación contractual. Lo ideal es contar con un inventario de entrada firmado por ambas partes, con fotografías o vídeos fechados que permitan comparar el estado inicial y final de la vivienda. También ayudan las cláusulas del contrato sobre pintura, pequeñas reparaciones, conservación y la política de mascotas o obras.
Al terminar, prepara un acta de entrega de llaves que recoja: fecha y hora, estado general de la vivienda, contadores, elementos entregados (juego de llaves, mandos), y cualquier incidencia. Añade un reportaje fotográfico de cada estancia, paredes, suelos, electrodomésticos y mobiliario. Guarda copias de pagos de renta y de los últimos suministros, y solicita al casero lecturas y cierres definitivos. Si hay visitas de verificación, pide que se deje constancia por escrito del resultado.
- Contrato y anexos (inventario, normas de uso).
- Comprobantes de pago de renta y fianza.
- Acta de entrega de llaves y lecturas de contadores.
- Fotos y vídeos con fecha de entrada y salida.
- Comunicación escrita (emails, mensajería, burofax).
Cuantas más pruebas objetivas tengas, más sencillo resultará desvirtuar retenciones injustificadas y acelerar la devolución de la fianza por vía amistosa o, en su caso, formal.
Comunicación inicial con el casero
Antes de escalar, intenta una resolución cordial y por escrito. Envía un mensaje o correo el mismo día de la entrega de llaves recordando el cierre de suministros y la previsión de devolución. Si transcurridos unos días no obtienes respuesta o percibes intención de retener sin justificar, solicita un desglose detallado de posibles conceptos a descontar y su documentación.
Mantén un tono profesional, evita reproches y céntrate en hechos verificables: fecha de entrega, estado observado, pagos al día y disponibilidad para revisar lo necesario. Proponer una visita conjunta para revisar desperfectos, si los hubiera, puede desbloquear malentendidos. Cuando exista desacuerdo, marca plazos claros: “agradecería el reembolso o el detalle de retenciones con su soporte en un máximo de X días”. Esto da estructura al intercambio y prepara el terreno para una reclamación formal posterior si no hay respuesta.
Mini-guion útil: Indica la fecha de entrega, solicita confirmación de lectura de contadores, pide el plan de devolución y ofrece tu cuenta bancaria. Si te alegan daños, pide el informe y fotos. Si alegan trámites con el depósito autonómico, recuerda que no exime de cumplir plazos razonables.
Registra todas las comunicaciones. Si el casero responde verbalmente, remite un email de confirmación resumiendo lo hablado. Esa trazabilidad te será muy útil si necesitas acudir a mediación, consumo o juzgado.
Burofax y reclamación formal
Si la vía amistosa no funciona, el siguiente paso es enviar un burofax con certificación de contenido y acuse de recibo. Es el método más sólido para dejar constancia de tu reclamación y del plazo que concedes para pagar. En el texto, identifica el contrato, la fecha de entrega de llaves, el estado del inmueble, los importes satisfechos y la cantidad cuya devolución reclamas. Exige, en caso de retenciones, el desglose con documentación soporte. Concede un plazo breve y razonable para el pago (por ejemplo, 7–10 días hábiles) y advierte de que, en caso contrario, acudirás a las vías de reclamación disponibles.
- Encabezado con datos de arrendador y arrendatario.
- Referencia al contrato y a la fecha de entrega de llaves.
- Cantidad reclamada y cuenta bancaria para el abono.
- Plazo para pagar o justificar retenciones.
- Aviso de acciones: mediación, consumo, arbitraje o demanda.
Conserva el resguardo del burofax y la certificación del contenido. Si el casero rehúsa recogerlo, Correos dejará constancia, lo que aun así te beneficia probatoriamente. En paralelo, puedes preparar tu expediente con facturas, contratos, fotos y comunicaciones para presentarlo ante los organismos competentes.
Consejo: redacta el burofax con un tono firme y técnico, sin adjetivos ni juicios personales. El objetivo es que sea inequívoco, verificable y procesable por terceros.
Mediación y consumo
En muchos municipios existen servicios de mediación o las Oficinas Municipales de Información al Consumidor (OMIC) que admiten reclamaciones sobre alquileres cuando la parte arrendadora actúa como empresa o profesional. Aunque en arrendamientos entre particulares la competencia de consumo puede variar, la mediación extrajudicial sirve para acercar posiciones, documentar el conflicto y, en ocasiones, alcanzar acuerdos sin costes relevantes.
Para iniciar la mediación, presenta un formulario con tus datos, los del casero y un relato breve de hechos, adjuntando el burofax, el contrato, el acta de entrega de llaves y el soporte de pagos. El servicio citará a las partes. Si el casero no comparece, quedará constancia. Si comparece, se discutirán las partidas controvertidas (pintura, limpieza, pequeños daños, consumos) y se intentará una solución equilibrada, que puede formalizarse por escrito con efecto vinculante si ambas partes lo firman.
- Ventajas: rapidez, bajo coste, ambiente colaborativo.
- Limitaciones: no siempre es vinculante; depende de la voluntad de las partes.
- Resultado: acuerdo escrito o acta de desacuerdo útil para instancias posteriores.
Si hay desequilibrio de información o el casero no aporta pruebas, la mediación puede evidenciarlo y encauzar la devolución de la fianza sin llegar a juicio.
Vía administrativa y arbitraje
En algunas comunidades autónomas el depósito de la fianza se gestiona en organismos específicos. Si el casero incumplió su obligación de depositarla, puedes denunciar esa omisión. Aunque la sanción administrativa no sustituye la devolución al inquilino, puede incentivar el pago. Además, hay juntas arbitrales o cámaras de consumo que ofrecen arbitraje si ambas partes lo aceptan, resolución que puede ser ejecutiva.
Valora el arbitraje cuando la controversia sea principalmente económica y técnica (p. ej., cuantía de daños, liquidación de suministros) y necesites una decisión más rápida que un juicio. Revisa si el contrato incluye cláusula de sometimiento a arbitraje; si no la prevé, puedes proponerlo en tu burofax o durante la mediación. El procedimiento suele ser escrito, con aportación de pruebas y unaudo en plazo relativamente breve.
- Depósito autonómico: consulta si puedes verificar el estado y tramitar devolución.
- Arbitraje: requiere aceptación de ambas partes o cláusula contractual.
- Resultado: laudo arbitral ejecutable, más ágil que la vía judicial ordinaria.
Combinar la presión administrativa (si procede) con la oferta de arbitraje puede acelerar un acuerdo o una decisión firme sobre la fianza.
Demanda judicial y costes
Si el casero no devuelve la fianza pese a tus requerimientos, la vía judicial es la herramienta definitiva. Para reclamaciones de cantidad por debajo de determinados umbrales se tramita como juicio verbal, generalmente más ágil que el ordinario. No suelen exigirse tasas para personas físicas, y según la cuantía puedes acudir sin abogado ni procurador, si bien contar con asesoría jurídica mejora la calidad de la demanda y tus probabilidades de recuperar intereses y costas.
En la demanda, expón cronológicamente: contrato y fianza entregada, estado de la vivienda al entrar y al salir, pagos al día, entrega de llaves, comunicaciones amistosas y burofax. Adjunta el inventario, las fotos comparativas, recibos y cualquier informe. Si el casero alega daños, impúgnalos solicitando prueba pericial o demostrando que son de desgaste normal. Si alega consumos, exige facturas finales y cálculos exactos. Pide la condena al pago de la fianza adeudada más intereses y costas.
- Competencia: juzgado del domicilio del demandado o el pactado en contrato, según normativa.
- Prueba: documental, testifical (vecinos, técnico), y pericial si procede.
- Resultado: sentencia condenatoria con intereses y, en su caso, costas.
Un expediente ordenado, con fechas y documentos, es la diferencia entre una discusión estéril y una reclamación eficaz por la devolución de la fianza.
Intereses de demora y actualización
Cuando el casero retarda la devolución sin causa, además del principal puedes reclamar intereses. Estos se calculan desde la fecha en que debió reintegrarse la fianza (normalmente, tras la entrega y liquidación razonable) hasta el pago efectivo. La base de cálculo y el tipo aplicable pueden derivarse de la normativa civil y, en su caso, de la regulación autonómica sobre depósitos.
Para cuantificar los intereses, incluye en tu burofax la fecha de devengo y el tipo de interés orientativo. En sede judicial, solicita expresamente los intereses legales o los moratorios que correspondan, y la condena en costas si el casero obró con mala fe. Si el depósito estuvo en un organismo público que genera rendimientos o actualizaciones, revisa si el arrendador debe transferirte esa actualización junto con el principal.
- Devengo: desde el final del plazo razonable tras la entrega.
- Tipo: interés legal del dinero u otro aplicable según normativa.
- Prueba: acredita la fecha de entrega y del requerimiento fehaciente.
Incluir intereses en la reclamación añade presión y compensa la indisponibilidad del dinero durante la demora.
Cómo prevenir problemas en la salida
La mejor reclamación es la que nunca necesitas. Para evitar conflictos, comienza con una buena entrada: inventario fotográfico con detalle de paredes, suelos, electrodomésticos, grifería y mobiliario; anota pequeñas marcas preexistentes y firma el documento con el casero. Durante la estancia, conserva facturas de reparaciones que te correspondan y comunica por escrito las averías estructurales para que quede constancia de que no son imputables.
Antes de entregar las llaves, limpia la vivienda, pinta solo si el contrato lo exige o si el desgaste supera lo normal, y repara pequeñas incidencias que hayas causado. Solicita lecturas finales de contadores y toma fotos el mismo día, con especial atención a baños, cocina y electrodomésticos. Prepara un acta de entrega con fecha, relación de llaves y observaciones. Si puedes, acompaña la visita de un testigo o graba un vídeo panorámico. Entrega también manuales y garantías que recibiste al entrar.
- Planifica la limpieza y la retirada de muebles con antelación.
- Guarda todas las facturas de suministros y su cierre.
- Evita obras sin consentimiento por escrito del casero.
- Devuelve todas las copias de llaves y mandos.
Con estas prácticas, reduces al mínimo los motivos de retención y facilitas una devolución de fianza rápida y sin disputas.
Preguntas frecuentes
¿Cuánto tiempo tiene el casero para devolver la fianza? El cómputo empieza con la entrega de llaves. Tras un plazo razonable para liquidar consumos y verificar el estado, debe reintegrarse. Si se prolonga sin causa y sin justificar retenciones con pruebas, reclama por escrito e incluye intereses desde la fecha de devengo.
¿Puede el casero descontar la pintura o la limpieza? Solo si el estado final excede el desgaste normal o hay una obligación contractual específica. La limpieza “profunda” o la pintura por simple uso del tiempo no siempre son imputables. Cualquier descuento debe justificarse con fotos y facturas.
¿Qué hago si el casero no responde a mis mensajes? Envía un burofax con certificación de contenido y acuse, fijando un plazo de pago y advirtiendo de acciones posteriores. El burofax deja constancia, incluso si es rehusado. Con ese resguardo podrás acudir a mediación, arbitraje o demanda.
¿Y si el casero no depositó la fianza en el organismo autonómico? Puedes denunciar esa infracción. Aunque la sanción no sustituye tu devolución, incrementa la presión para que te paguen. La reclamación de cantidad por la fianza se tramita aparte.
¿Necesito abogado para reclamar la fianza? Depende de la cuantía y del procedimiento. En importes bajos puede no ser obligatorio, pero contar con asesoramiento mejora la estrategia, la redacción de escritos y la recuperación de intereses y costas si ganases el pleito.
Recuerda: documenta la entrega, reclama por escrito y eleva la vía de forma progresiva. Si el casero no te devuelve la fianza, tienes herramientas eficaces para recuperarla.