¿Qué hacer si no me devuelven la fianza?

¿Qué hacer si no me devuelven la fianza?

Publicado el 04 de junio de 2025


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Introducción

Cuando finaliza un contrato de alquiler, una de las preocupaciones más comunes entre los inquilinos es la devolución de la fianza. Esta cantidad de dinero, entregada al inicio del contrato como garantía, debería ser restituida una vez finalizada la relación contractual, siempre que el inmueble se encuentre en buen estado y no existan deudas pendientes. Sin embargo, en la práctica, no siempre se cumple esta obligación de forma rápida o justa, lo que genera conflictos y situaciones de incertidumbre legal para los arrendatarios.

La fianza cumple una función clave dentro del arrendamiento: proteger al propietario ante posibles daños o impagos. No obstante, muchos propietarios abusan de este instrumento para retener importes injustificados, alegando desperfectos menores o gastos no acordados. En este contexto, conocer los derechos del inquilino y las vías legales de reclamación se vuelve fundamental para evitar pérdidas económicas injustas.

Según la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), el arrendador tiene un plazo máximo de un mes desde la entrega de llaves para devolver la fianza, descontando únicamente aquellos importes debidamente justificados. Cualquier retención no fundamentada puede considerarse un incumplimiento legal y dar pie a reclamaciones formales por parte del inquilino.

Este artículo tiene como objetivo ofrecer una guía completa y práctica para todas aquellas personas que se encuentran en la situación de no haber recibido la devolución de su fianza. A lo largo de las siguientes secciones, abordaremos los fundamentos legales, los pasos a seguir para reclamar la fianza, los plazos establecidos por ley y las alternativas disponibles si la vía amistosa no da resultados.

Además, incluiremos consejos preventivos para futuras ocasiones, de forma que el inquilino pueda proteger sus intereses desde el momento de firmar el contrato de alquiler. Finalmente, responderemos a las dudas más frecuentes que suelen surgir en estos casos, ofreciendo respuestas claras y basadas en la normativa vigente.

¿Qué es la fianza de alquiler?

La fianza de alquiler es una cantidad de dinero que el inquilino entrega al arrendador al inicio del contrato de arrendamiento. Su finalidad principal es actuar como garantía frente a posibles impagos o daños que el arrendatario pueda causar en la vivienda durante el periodo de alquiler. Se trata de una práctica obligatoria establecida por ley en muchos países, incluida España, donde está regulada por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).

Por norma general, la fianza equivale a una mensualidad de la renta en los contratos de alquiler de vivienda habitual. En el caso de contratos para uso distinto de vivienda, como oficinas o locales comerciales, puede ascender a dos mensualidades. Esta fianza debe ser depositada por el arrendador en el organismo autonómico correspondiente, lo cual garantiza una mayor transparencia y protección para ambas partes.

Importante: La fianza no puede ser utilizada como pago anticipado de la renta ni como sustitutivo de los últimos meses del contrato. Su devolución queda supeditada al buen estado del inmueble y al cumplimiento de las obligaciones contractuales por parte del inquilino.

Durante la vigencia del contrato, la fianza permanece inmovilizada. Al finalizar el arrendamiento, el propietario debe revisar el estado del inmueble y comprobar que no existan deudas pendientes. Solo entonces puede decidir si devuelve la totalidad de la fianza, si realiza alguna deducción justificada o si la retiene parcialmente.

En resumen, la fianza cumple tres funciones esenciales:

  • Garantizar el cumplimiento del contrato de arrendamiento.
  • Cubrir posibles impagos de rentas, suministros u otros conceptos pactados.
  • Reparar daños ocasionados por el inquilino que excedan el uso normal de la vivienda.

Comprender el propósito y los límites legales de la fianza es fundamental para proteger los intereses tanto del arrendador como del arrendatario. A lo largo del artículo, profundizaremos en los derechos y obligaciones relacionados con su devolución, los procedimientos para reclamarla y cómo actuar en caso de conflictos.

Derechos del inquilino al finalizar el contrato

Cuando un contrato de alquiler llega a su fin, el inquilino tiene una serie de derechos reconocidos legalmente que deben ser respetados por el arrendador. Estos derechos buscan proteger al arrendatario frente a posibles abusos, especialmente en lo que respecta a la devolución de la fianza y el estado del inmueble. Conocerlos en profundidad es esencial para evitar situaciones conflictivas y asegurar un cierre justo de la relación contractual.

Uno de los principales derechos es el de recibir la fianza en un plazo razonable, siempre que se haya cumplido con las obligaciones del contrato. Además, el inquilino tiene derecho a no ser responsabilizado por el desgaste natural del inmueble, ya que este se considera consecuencia del uso normal y no un daño atribuible al arrendatario.

La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece que el propietario dispone de un plazo máximo de un mes desde la entrega de llaves para devolver la fianza. Cualquier deducción debe estar debidamente justificada mediante facturas o presupuestos.

Asimismo, el inquilino tiene derecho a realizar una entrega formal del inmueble, preferentemente con un acta de entrega o documento firmado por ambas partes que refleje el estado de la vivienda. Este paso es clave para evitar reclamaciones posteriores sobre supuestos daños.

Entre los derechos más relevantes al finalizar el contrato se encuentran:

  • Recibir la devolución íntegra de la fianza si no existen daños ni deudas pendientes.
  • No responder por daños preexistentes o derivados del uso normal del inmueble.
  • Solicitar un informe de revisión previo por parte del arrendador.
  • Negarse a asumir reparaciones que no sean de su competencia.
  • Disponer de un documento que acredite la correcta entrega de llaves.

Finalmente, si el arrendador se niega injustificadamente a devolver la fianza, el inquilino tiene derecho a reclamar por la vía amistosa o, en su defecto, acudir a mecanismos legales como la mediación, las hojas de reclamaciones o una demanda judicial.

Motivos comunes para retener la fianza

Aunque la fianza debe devolverse al inquilino una vez finalizado el contrato de alquiler y entregadas las llaves, existen situaciones en las que el arrendador puede retener parcial o totalmente dicha cantidad. Sin embargo, esta retención debe estar justificada, documentada y ajustarse a los supuestos legales establecidos. Conocer los motivos más habituales que se esgrimen para no devolver la fianza es fundamental para prevenir conflictos y garantizar una entrega del inmueble sin sorpresas.

A continuación se detallan las causas más frecuentes por las que un propietario puede negarse a devolver la fianza o realizar deducciones sobre la misma:

  • Impago de rentas o suministros: Si el inquilino ha dejado de abonar algún mes de alquiler, facturas de agua, luz o gas, el propietario puede compensar esas cantidades con la fianza.
  • Daños en el inmueble: Los desperfectos que excedan el uso normal de la vivienda, como agujeros en las paredes, electrodomésticos rotos por mal uso o mobiliario dañado, son causa legítima de retención.
  • Falta de limpieza o entrega del piso en mal estado: La entrega de la vivienda sucia o con restos de muebles, basura o enseres puede generar un gasto de limpieza o vaciado que el arrendador puede descontar.
  • Incumplimiento de cláusulas contractuales: Como pintar paredes de colores no permitidos, realizar obras sin permiso o modificar elementos del inmueble sin autorización.
  • Retrasos en la entrega de llaves: Si el inquilino no entrega las llaves en la fecha prevista, el arrendador podría retener parte proporcional por días adicionales de ocupación.

Importante: El arrendador no puede retener la fianza de forma arbitraria. Toda deducción debe estar justificada documentalmente, preferiblemente con facturas, presupuestos o informes técnicos. La carga de la prueba recae en quien retiene la cantidad.

Por este motivo, es recomendable que el inquilino tome fotografías del estado del inmueble al momento de la entrega, conserve copias del contrato, recibos de pago y mantenga constancia de cualquier comunicación relevante. De este modo, se facilita la defensa ante posibles retenciones injustificadas y se refuerzan las garantías legales frente a posibles abusos por parte del propietario.

Cómo reclamar la devolución de la fianza

Si tras la finalización del contrato de arrendamiento el propietario no devuelve la fianza en el plazo legal de un mes, o lo hace de forma parcial e injustificada, el inquilino tiene derecho a iniciar un proceso de reclamación. Este procedimiento puede ser escalonado, comenzando por la vía amistosa y avanzando, si es necesario, hacia mecanismos legales más formales. La clave es actuar con rapidez, conservar toda la documentación y seguir una estrategia bien estructurada.

A continuación, se detallan los pasos recomendados para reclamar la devolución de la fianza de forma eficaz:

  • Contactar al arrendador: Inicia el proceso con una comunicación cordial, preferentemente por escrito (correo electrónico o burofax con acuse de recibo), solicitando la devolución y adjuntando pruebas del estado del inmueble.
  • Reunir pruebas: Es fundamental conservar el contrato de arrendamiento, recibos de pago, fotos del estado del inmueble al entregarlo y, si es posible, un acta de entrega firmada por ambas partes.
  • Enviar un burofax: Si no hay respuesta tras el primer contacto, lo más recomendable es enviar un burofax con requerimiento formal de pago. Este documento tiene validez jurídica y demuestra la intención de resolver el conflicto de forma amistosa.
  • Reclamar por vía judicial: Si el propietario sigue sin responder, puedes presentar una reclamación ante el juzgado utilizando el procedimiento de juicio verbal, siempre que el importe no supere los 6.000 euros. No es necesario abogado ni procurador para este tipo de procedimientos.
  • Solicitar asesoramiento legal: En caso de duda, acudir a una asociación de consumidores, defensor del inquilino o profesional especializado puede facilitar el proceso.

Consejo: Cuanto más organizada y documentada esté la reclamación, mayores son las probabilidades de éxito. No dejes pasar el tiempo: si se cumplen los plazos legales y no hay respuesta, actúa con firmeza.

Reclamar la fianza no solo es un derecho, sino también un acto de defensa del consumidor. Muchos inquilinos desisten por desconocimiento o temor al proceso legal, pero con información clara y asesoramiento adecuado es posible recuperar lo que te pertenece. No dudes en ejercer tus derechos si el arrendador incumple su obligación.

Plazos legales para la devolución

Una de las dudas más frecuentes al terminar un contrato de arrendamiento es cuánto tiempo tiene el arrendador para devolver la fianza. La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), en su artículo 36, establece un marco claro: el propietario dispone de un plazo máximo de un mes desde la entrega de las llaves para proceder a la devolución total o parcial de la fianza. Pasado este plazo, si no ha habido devolución, el inquilino puede iniciar las acciones oportunas para reclamar.

Es importante entender que este mes empieza a contar desde el momento en que el arrendatario entrega las llaves y deja el inmueble libre de ocupantes, no desde la fecha final del contrato. Por tanto, cualquier retraso en la entrega de llaves puede afectar al cómputo del plazo.

Dato clave: Si el arrendador no devuelve la fianza en el plazo de un mes y no justifica retención alguna, el inquilino tiene derecho a reclamar el importe con intereses legales.

En la práctica, pueden darse tres escenarios habituales respecto al cumplimiento de este plazo:

  • Devolución íntegra dentro del plazo: Se restituye la totalidad de la fianza sin conflictos, tras comprobar que no existen daños ni deudas.
  • Devolución parcial justificada: El arrendador descuenta importes por desperfectos o impagos debidamente acreditados, informando al inquilino con facturas o presupuestos.
  • No devolución o retención injustificada: El propietario no realiza la devolución ni aporta justificación, lo que habilita al inquilino a iniciar una reclamación legal.

Aunque la legislación establece un mes como plazo máximo, no todos los arrendadores cumplen con este requisito. Por ello, es aconsejable que el inquilino se anticipe, documentando adecuadamente la entrega del inmueble y solicitando de forma escrita la devolución en cuanto se formalice el fin del arrendamiento. Esto refuerza su posición jurídica en caso de tener que reclamar más adelante.

Reclamación por vía judicial

Cuando el arrendador no devuelve la fianza dentro del plazo legal de un mes y no ofrece una justificación válida, el inquilino puede optar por la vía judicial como mecanismo para hacer valer sus derechos. Aunque muchos conflictos pueden resolverse de manera amistosa, en ocasiones es necesario acudir a los tribunales para obtener una solución efectiva y obligatoria.

La reclamación judicial por la devolución de la fianza se realiza generalmente mediante el procedimiento de juicio verbal, previsto para reclamaciones de cuantía inferior a 6.000 euros. Este proceso es ágil y permite que el demandante actúe sin necesidad de abogado ni procurador si la cantidad reclamada no supera ese umbral.

  • Reunir la documentación: Es imprescindible presentar pruebas como el contrato de arrendamiento, justificantes de pago, fotos del estado del inmueble, comunicaciones con el arrendador y copia del burofax enviado.
  • Presentar la demanda: Se debe presentar una demanda por escrito ante el juzgado de primera instancia del lugar donde se encuentra la vivienda, indicando la cantidad reclamada y aportando todas las pruebas disponibles.
  • Esperar la citación judicial: Una vez admitida a trámite, el juzgado citará a las partes a una vista en la que podrán exponer sus argumentos y aportar pruebas adicionales.

Importante: Si el inquilino gana el juicio, el juez puede condenar al arrendador no solo a devolver la fianza, sino también a pagar los intereses legales acumulados y, en algunos casos, las costas del procedimiento.

Aunque iniciar una reclamación judicial puede parecer un proceso complejo, se trata de un derecho que está al alcance de cualquier ciudadano. Contar con una base sólida de pruebas, actuar dentro de los plazos razonables y conocer las herramientas legales disponibles puede marcar la diferencia en el resultado del caso. En caso de duda, siempre es recomendable acudir a un abogado especializado en arrendamientos urbanos o a una organización de defensa del consumidor.

Consejos para evitar problemas con la fianza

Evitar conflictos relacionados con la devolución de la fianza es posible si se toman ciertas precauciones desde el inicio y hasta el fin del contrato de alquiler. Muchos desacuerdos surgen por falta de documentación, malentendidos o descuidos que pueden prevenirse fácilmente con una actitud proactiva y ordenada por parte del inquilino.

A continuación, te ofrecemos una serie de recomendaciones prácticas que te ayudarán a proteger tu fianza y a facilitar su devolución completa cuando termine el contrato de arrendamiento:

  • Documenta el estado del inmueble al entrar: Realiza un inventario detallado con fotografías o vídeos y, si es posible, haz que el arrendador lo firme. Esto servirá de prueba en caso de discrepancias al finalizar el contrato.
  • Guarda todos los pagos: Conserva los justificantes de pago de la renta y de los suministros. Esto demostrará que estás al corriente de tus obligaciones económicas.
  • Lee bien el contrato: Asegúrate de entender todas las cláusulas, especialmente las relativas a la conservación del inmueble, obras permitidas y condiciones de entrega.
  • Comunica por escrito: Siempre que sea posible, realiza las comunicaciones importantes por correo electrónico o burofax. Esto dejará constancia en caso de conflicto.
  • Haz una limpieza a fondo antes de irte: Dejar la vivienda limpia y en buen estado evita justificaciones por parte del propietario para retener la fianza.
  • Solicita una revisión conjunta: Al entregar las llaves, solicita al arrendador una revisión del inmueble en tu presencia y, si es posible, que firme un acta de conformidad sobre su estado.

Consejo extra: Si alquilas con más personas (piso compartido), aseguraos de que todos los pagos estén bien identificados y que las responsabilidades contractuales estén claras por escrito. Esto evitará que los problemas entre inquilinos afecten la devolución de la fianza.

En definitiva, ser meticuloso durante todo el proceso de arrendamiento es la mejor estrategia para evitar problemas con la fianza. Mantener un historial de comunicación claro, cumplir con tus deberes como inquilino y dejar constancia del estado del inmueble son claves para una entrega sin sobresaltos. Estos pequeños esfuerzos pueden marcar una gran diferencia al final del contrato.

Preguntas Frecuentes

A continuación respondemos algunas de las preguntas más comunes que suelen surgir cuando un inquilino se enfrenta a la no devolución de la fianza tras finalizar un contrato de arrendamiento. Estas respuestas están basadas en la normativa vigente y en la experiencia práctica de muchos casos reales, y pueden ayudarte a aclarar dudas de forma rápida y eficaz.

¿Cuánto tiempo tiene el arrendador para devolver la fianza?
El arrendador tiene un plazo máximo de un mes desde la entrega de las llaves para devolver la fianza. Superado ese plazo sin devolución ni justificación válida, el inquilino puede reclamar judicialmente e incluso exigir intereses por demora.

¿Puede el casero quedarse con la fianza por desperfectos menores?
No. Solo puede retener la fianza por daños que excedan el desgaste normal del uso del inmueble. Pequeños roces, agujeros por cuadros o desgaste de pintura suelen considerarse desgaste habitual y no justifican una retención.

¿Qué hago si el arrendador no responde a mis mensajes?
En este caso, es recomendable enviar un burofax con acuse de recibo solicitando formalmente la devolución. Este documento sirve como prueba en caso de una futura reclamación judicial.

¿Puedo descontar la fianza del último mes de alquiler?
No, salvo que haya un acuerdo explícito por escrito con el arrendador. La fianza es una garantía independiente del pago del alquiler y no debe utilizarse como forma de compensación del último mes.

Recuerda: Toda reclamación será más efectiva si va acompañada de pruebas: fotos, recibos, contrato, comunicaciones escritas, etc. La prevención y la documentación clara son clave para resolver cualquier conflicto con garantías.

Si aún tienes dudas o te enfrentas a una situación complicada con tu arrendador, te recomendamos consultar con un abogado especializado en arrendamientos o acudir a una oficina de atención al consumidor. La ley protege tus derechos como inquilino, pero es fundamental actuar con información y seguridad.

Conclusión

La devolución de la fianza al finalizar un contrato de alquiler es un derecho que asiste a todo inquilino, siempre que haya cumplido con sus obligaciones contractuales y entregue el inmueble en condiciones adecuadas. Sin embargo, la realidad demuestra que no siempre se respeta este derecho de forma voluntaria, lo que obliga al arrendatario a conocer con claridad el proceso, los plazos y las herramientas legales disponibles para reclamar lo que le corresponde.

A lo largo de este artículo, hemos analizado desde qué es la fianza de alquiler y cuál es su función, hasta los motivos por los que puede retenerse, los plazos legales para su devolución y los pasos a seguir en caso de que el propietario no cumpla con su obligación. También hemos ofrecido consejos prácticos para prevenir problemas y una sección específica con las dudas más frecuentes que pueden surgir durante el proceso.

Recuerda: La clave para evitar conflictos con la fianza es actuar con previsión, mantener toda la documentación organizada y realizar una comunicación clara y formal con el arrendador desde el inicio del contrato hasta su finalización.

En caso de que el conflicto persista, existen mecanismos legales eficaces para reclamar: desde la vía amistosa con requerimientos formales hasta la vía judicial mediante un procedimiento sencillo y accesible como el juicio verbal. No es necesario tener conocimientos jurídicos avanzados para iniciar una reclamación, pero sí es fundamental conocer tus derechos y cómo ejercerlos.

En definitiva, estar informado y actuar con responsabilidad son las mejores garantías para que la devolución de la fianza no se convierta en un problema. Si eres arrendatario, no renuncies a lo que te pertenece y exige un trato justo. Y si eres arrendador, cumplir con la ley y devolver la fianza en tiempo y forma es parte de una relación contractual basada en la confianza y el respeto mutuo.

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