¿Qué hacer si el casero no devuelve la fianza?

¿Qué hacer si el casero no devuelve la fianza?

Publicado el 26 de junio de 2025


📖 Tiempo estimado de lectura: 23 min

Introducción

La devolución de la fianza es uno de los aspectos más conflictivos al finalizar un contrato de arrendamiento. Aunque la Ley de Arrendamientos Urbanos en España establece claramente las obligaciones del casero en este sentido, la realidad es que muchos inquilinos se enfrentan a dificultades a la hora de recuperar el importe depositado. Ya sea por retrasos injustificados, excusas infundadas o simplemente por falta de respuesta, no es raro encontrarse con situaciones en las que el casero no devuelve la fianza al finalizar el alquiler.

Esta situación puede generar frustración, inseguridad y, en algunos casos, desembocar en procedimientos legales que podrían haberse evitado con una correcta información y preparación. Es fundamental que el inquilino conozca sus derechos, las obligaciones del arrendador y los pasos a seguir para reclamar la devolución de la fianza de forma efectiva. La clave está en actuar de manera proactiva, mantener toda la documentación en orden y conocer los plazos y mecanismos que la ley pone a disposición para estos casos.

A lo largo de este artículo, abordaremos todos los aspectos esenciales para que cualquier persona en esta situación sepa cómo actuar. Desde los fundamentos legales que rigen la devolución de la fianza, hasta consejos prácticos para reclamarla sin complicaciones, pasando por las vías extrajudiciales y judiciales disponibles. También se explicará qué documentación resulta imprescindible, cuáles son los errores más comunes que pueden entorpecer una reclamación, y cómo evitar que el casero utilice argumentos injustificados para retener el importe.

Importante: la fianza no puede considerarse un ingreso adicional para el propietario, sino una garantía que, en caso de no existir daños ni impagos, debe ser devuelta íntegramente. El hecho de que el inquilino haya cumplido con sus obligaciones es motivo suficiente para exigir su recuperación completa.

Además, dedicaremos una sección específica a resolver las dudas más frecuentes que tienen los inquilinos en relación con la fianza, como por ejemplo: ¿cuánto tiempo tiene el casero para devolverla?, ¿qué ocurre si se niega a responder?, ¿es legal descontar reparaciones menores? Todo con un enfoque práctico y didáctico pensado para facilitarte el proceso.

Derechos del inquilino

Cuando finaliza un contrato de arrendamiento, el inquilino cuenta con una serie de derechos reconocidos por la legislación española que garantizan la protección de sus intereses. Conocer estos derechos es esencial para reclamar la devolución de la fianza de forma adecuada y evitar abusos por parte del arrendador. La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece un marco legal claro, aunque en la práctica muchos inquilinos desconocen los mecanismos que tienen a su favor.

Uno de los derechos fundamentales es la devolución íntegra de la fianza siempre que el inquilino haya cumplido con sus obligaciones contractuales: mantener la vivienda en buen estado, pagar la renta puntualmente y no haber causado desperfectos más allá del uso normal del inmueble. Además, la ley establece que esta devolución debe realizarse en un plazo máximo de un mes desde la entrega de llaves, salvo que el casero justifique algún tipo de daño o impago.

La carga de la prueba recae sobre el arrendador: si desea justificar una retención total o parcial de la fianza, debe demostrar los daños o impagos con facturas, informes o pruebas objetivas. El inquilino no está obligado a aceptar deducciones arbitrarias o sin respaldo documental.

Entre los derechos clave del inquilino destacan:

  • Recibir la fianza completa si no existen deudas ni daños fuera del desgaste habitual.
  • Exigir al casero un desglose justificado por escrito en caso de retención parcial o total.
  • Contar con un resguardo del depósito de la fianza en el organismo autonómico correspondiente, si así lo exige la normativa local.
  • Solicitar la intervención de organismos de consumo o mediación en caso de conflicto.
  • Reclamar judicialmente si el casero no responde o se niega a devolver la fianza sin causa legal.

Es importante también que el inquilino conserve toda la documentación relacionada con el alquiler: contrato firmado, recibos de pago, fotos del estado inicial y final del inmueble, y cualquier comunicación escrita con el casero. Estos documentos serán clave en caso de que haya que demostrar el cumplimiento de sus obligaciones.

En definitiva, el inquilino no debe asumir que la fianza es una cantidad “perdida” o difícil de recuperar. Con información adecuada y la documentación en regla, está en pleno derecho de exigir lo que le corresponde legalmente.

Plazos legales de devolución

Uno de los aspectos más relevantes y a menudo desconocidos en la finalización de un contrato de arrendamiento es el plazo legal que tiene el casero para devolver la fianza. Este periodo está regulado por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que establece directrices claras sobre los tiempos máximos de devolución del depósito entregado al inicio del alquiler. Conocer este plazo no solo es clave para reclamar lo que corresponde, sino también para evitar retrasos injustificados o abusos por parte del arrendador.

La normativa vigente determina que el casero tiene un plazo máximo de 30 días naturales desde la entrega efectiva de las llaves y la finalización del contrato para devolver la fianza al inquilino. Este plazo comienza a contar desde el momento en que el arrendatario entrega el inmueble en las condiciones pactadas y deja de ocupar la vivienda.

Importante: Si transcurre el plazo de 30 días sin que se devuelva la fianza ni exista justificación documentada por parte del arrendador, el inquilino tiene derecho a exigir intereses por mora. Esta reclamación puede incluir tanto intereses legales como posibles gastos derivados del incumplimiento.

Es esencial destacar que el casero solo puede retener total o parcialmente la fianza si existen motivos justificados, como:

  • Impago de rentas o suministros.
  • Daños en el inmueble que excedan el uso normal.
  • Incumplimiento de cláusulas contractuales específicas.

Sin embargo, incluso en estos casos, el propietario está obligado a justificar dicha retención mediante facturas, presupuestos o documentación que acredite el motivo de la deducción. El plazo de 30 días no se suspende por iniciar una revisión del estado del inmueble: debe haber una respuesta dentro de ese margen temporal.

Para facilitar el cumplimiento de los plazos, se recomienda al inquilino realizar un acta de entrega del piso y conservar una copia de la entrega de llaves, preferiblemente firmada por ambas partes. Esta documentación servirá como prueba del momento exacto en que se inicia el cómputo legal.

En caso de incumplimiento de estos plazos sin justificación, el inquilino puede iniciar una reclamación formal por escrito y, si no obtiene respuesta, acudir a vías de mediación, organismos de consumo o incluso interponer una demanda judicial por incumplimiento contractual.

Motivos legales para retener la fianza

La fianza es una garantía económica que el inquilino entrega al comienzo del contrato de arrendamiento y que tiene como objetivo cubrir posibles daños o incumplimientos contractuales. No obstante, esta cantidad no puede ser retenida arbitrariamente por el casero. La Ley de Arrendamientos Urbanos establece claramente cuáles son los supuestos en los que el arrendador está legitimado para retener total o parcialmente la fianza al finalizar el contrato.

A continuación, se enumeran los principales motivos legales por los que un casero puede retener la fianza, siempre que estén debidamente justificados y documentados:

  • Impago de rentas: Si existen mensualidades de alquiler pendientes de abonar, el casero puede descontarlas de la fianza.
  • Deudas por suministros: Facturas de luz, agua, gas o internet que estén a nombre del inquilino y que no hayan sido abonadas.
  • Daños en el inmueble: Cualquier desperfecto que exceda el uso normal del inmueble y que haya sido causado por negligencia o mal uso del inquilino.
  • Incumplimiento de cláusulas contractuales: Por ejemplo, si el contrato prohíbe subarrendar y el inquilino lo ha hecho, o si se ha utilizado la vivienda para fines distintos a los pactados.
  • Falta de limpieza o estado deficiente: Aunque es un tema discutido, algunos contratos incluyen cláusulas que obligan a entregar la vivienda en condiciones óptimas de limpieza, lo cual debe estar bien especificado y demostrado.

Es fundamental recordar que el casero no puede retener la fianza por simples impresiones o suposiciones. Toda retención debe estar respaldada por documentación como facturas, fotografías, inventarios comparativos o informes técnicos. En caso contrario, el inquilino puede impugnar dicha retención por considerarla abusiva o improcedente.

Asimismo, si se produjeron desperfectos pero el casero no los repara realmente o no puede demostrar que los daños existían al finalizar el contrato, la retención carece de validez. El derecho a retener se basa en la existencia de un perjuicio real y cuantificable, no en estimaciones vagas. En situaciones de desacuerdo, la mediación o una reclamación judicial pueden ser vías útiles para defender los derechos del inquilino.

Conocer estos motivos legales ayuda al inquilino a anticiparse a posibles conflictos y a preparar la entrega del inmueble con todas las garantías para reclamar la devolución de su fianza de forma efectiva.

Cómo reclamar la fianza al casero

Si ha pasado el plazo legal de 30 días desde la entrega de llaves y el casero no ha devuelto la fianza ni ha justificado su retención, el inquilino tiene derecho a iniciar una reclamación formal. El primer paso siempre debe ser intentar resolver el conflicto de manera amistosa, ya que esto puede evitar costes adicionales y acelerar el proceso. Sin embargo, si el propietario se muestra intransigente o no responde, es necesario recurrir a mecanismos más formales para recuperar el depósito.

Para reclamar la fianza al casero de forma efectiva, se recomienda seguir estos pasos:

  • Verificar que se ha cumplido el plazo legal para la devolución (30 días desde la entrega de llaves).
  • Reunir toda la documentación: contrato de arrendamiento, justificantes de pago, acta de entrega del inmueble, fotografías del estado del piso, etc.
  • Enviar una reclamación por escrito al casero, preferentemente mediante burofax con acuse de recibo o correo certificado, solicitando la devolución de la fianza.
  • Esperar un plazo prudencial (normalmente 10-15 días) para obtener una respuesta.
  • En caso de no obtener respuesta, acudir a organismos de mediación de consumo o presentar una demanda en el juzgado de primera instancia correspondiente.

Consejo: Mantener siempre las comunicaciones por escrito y evitar los acuerdos verbales no documentados. Una simple conversación telefónica no sirve como prueba en caso de conflicto legal.

Es importante que el escrito de reclamación sea claro, educado y firme. Debe incluir la identificación del contrato, el detalle de la fecha de entrega de llaves y la solicitud explícita de devolución de la cantidad retenida. En muchos casos, un requerimiento formal bien redactado es suficiente para que el casero recapacite y proceda al reembolso, evitando así procesos judiciales.

No obstante, si el arrendador continúa sin devolver la fianza y no justifica la retención, el inquilino puede iniciar un proceso monitorio. Este procedimiento judicial es rápido, no requiere abogado ni procurador si la cantidad reclamada es inferior a 2.000 euros, y suele ser efectivo si la documentación aportada es sólida.

Reclamar la fianza no debe verse como un proceso complejo. Con información clara, documentación adecuada y una actitud firme, el inquilino tiene herramientas legales suficientes para hacer valer sus derechos.

Documentación necesaria para la reclamación

Para que una reclamación por la devolución de la fianza tenga éxito, es imprescindible contar con documentación sólida que acredite tanto el cumplimiento de las obligaciones contractuales por parte del inquilino como la falta de justificación en la retención por parte del casero. Esta documentación no solo facilitará una solución amistosa, sino que también será clave si el proceso acaba en una vía judicial.

A continuación se detalla la documentación que todo inquilino debe conservar y presentar en caso de tener que reclamar la devolución de la fianza:

  • Contrato de arrendamiento: Documento base que regula la relación entre arrendador e inquilino. Es fundamental tener una copia firmada.
  • Justificantes de pago: Recibos o transferencias bancarias que demuestren el pago del alquiler y de los suministros.
  • Acta de entrega de llaves: Documento que acredita el fin del contrato y la entrega formal del inmueble, con fecha específica.
  • Fotografías del estado del inmueble: Imágenes del día de entrada y del día de salida que muestren que no hay daños relevantes.
  • Inventario de mobiliario y enseres: Si existía mobiliario, es conveniente contar con un listado firmado por ambas partes.
  • Comunicaciones escritas con el casero: Correos electrónicos, mensajes o burofaxes que muestren los intentos de resolución amistosa.

Consejo: Siempre que se finalice un contrato de arrendamiento, se recomienda firmar un acta de entrega en la que el propietario declare el buen estado del inmueble. Esto puede servir como prueba concluyente en caso de conflicto posterior.

Esta documentación no solo refuerza la posición del inquilino, sino que también permite demostrar la buena fe y la voluntad de cumplir con lo pactado. En caso de que el arrendador alegue desperfectos o impagos, tener pruebas concretas será determinante para desmontar cualquier argumento infundado.

Por último, si se decide iniciar un proceso monitorio o cualquier otro procedimiento judicial, toda esta información debe adjuntarse junto con la demanda. La calidad y claridad de la documentación puede marcar la diferencia entre una resolución rápida o un proceso largo y complejo.

Documentación necesaria para la reclamación

A la hora de reclamar la devolución de la fianza, contar con una base documental sólida puede marcar la diferencia entre una gestión rápida y eficaz o un conflicto prolongado. Muchas reclamaciones se ven obstaculizadas por la falta de pruebas claras, por lo que reunir toda la información desde el inicio del contrato hasta la finalización del arrendamiento es clave para respaldar cualquier reclamación, ya sea amistosa o judicial.

La documentación debe demostrar que el inquilino ha cumplido con todas sus obligaciones contractuales y que no existen razones objetivas para la retención de la fianza. A continuación se presenta una lista detallada de los documentos que deberías conservar y presentar en caso de reclamación:

  • Contrato de alquiler: Documento básico que acredita las condiciones pactadas, la duración del contrato, la cuantía de la fianza y otras cláusulas relevantes.
  • Justificantes de pago: Recibos de alquiler y de suministros que prueben que no existen deudas pendientes.
  • Acta de entrega de llaves: Firmada por ambas partes, indica la fecha en que finaliza el contrato y se entrega el inmueble.
  • Fotografías del estado del inmueble: Imágenes tomadas antes de la entrada y después de la salida, que muestren el buen estado de conservación.
  • Inventario de mobiliario: Si el piso estaba amueblado, debe haber un listado firmado con el estado y cantidad de cada objeto.
  • Comunicaciones formales: Correos electrónicos, mensajes de texto o burofaxes enviados al casero relacionados con la finalización del contrato o la devolución de la fianza.

Consejo práctico: guarda copias digitales de todos los documentos y conversaciones. Tener acceso inmediato a la información puede facilitar una respuesta rápida ante cualquier intento de retención injustificada.

Esta documentación no solo sirve como respaldo legal, sino que también transmite al arrendador que el inquilino está informado y preparado. Muchas veces, una reclamación bien documentada es suficiente para que el casero acceda a devolver la fianza sin necesidad de llegar a mayores.

En resumen, prevenir es mejor que curar: guarda todo lo relacionado con tu alquiler desde el primer día. La preparación y la documentación adecuada no solo fortalecen tu posición en caso de disputa, sino que también te otorgan tranquilidad y poder de negociación.

Opciones legales si no hay respuesta

Cuando un casero no devuelve la fianza ni responde a las solicitudes formales del inquilino, es momento de explorar las vías legales disponibles. La inacción del arrendador no anula los derechos del inquilino, quien puede acogerse a mecanismos judiciales o administrativos para exigir la devolución de su dinero. En este contexto, es fundamental actuar con firmeza pero también con orden, siguiendo los pasos correctos y respaldándose siempre con la documentación adecuada.

Estas son las principales opciones legales si el casero no da señales de vida:

  • Reclamación formal por escrito: Si no se ha hecho aún, es conveniente enviar un burofax con acuse de recibo o una carta certificada reclamando la devolución de la fianza. Este paso es necesario como prueba para cualquier procedimiento posterior.
  • Reclamación ante organismos de consumo: Algunas comunidades autónomas permiten presentar quejas ante sus oficinas de atención al consumidor, lo cual puede derivar en una mediación extrajudicial con el arrendador.
  • Proceso monitorio: Se trata de una vía judicial rápida y sencilla para reclamar deudas dinerarias. No se requiere abogado ni procurador si la cuantía no supera los 2.000 euros. Basta con presentar una demanda junto a los documentos que justifiquen la deuda.
  • Demanda civil ordinaria: Si el monitorio no prospera o si el casero se opone, el proceso se transforma en un juicio civil, en el que puede ser necesario contar con asistencia legal profesional.

Dato clave: En caso de retraso injustificado en la devolución, el inquilino puede reclamar también intereses legales desde el día siguiente al vencimiento del plazo de 30 días tras la entrega de llaves.

Antes de acudir a la vía judicial, es recomendable valorar los costes y el tiempo que puede implicar el proceso, aunque en la mayoría de los casos el hecho de iniciar un procedimiento suele motivar al arrendador a resolver el conflicto rápidamente. Además, presentar una reclamación bien documentada da mayor fuerza al inquilino frente a cualquier alegación infundada del propietario.

En definitiva, quedarse de brazos cruzados no es una opción. Existen herramientas legales al alcance del inquilino para hacer valer sus derechos, y su uso puede resultar no solo efectivo, sino también disuasorio frente a conductas abusivas por parte del casero.

Modelo de reclamación por escrito

Presentar una reclamación por escrito es uno de los pasos más eficaces para exigir la devolución de la fianza si el casero no responde o se niega a pagar. Este documento sirve como prueba de que se ha solicitado formalmente la devolución y puede ser utilizado posteriormente en procesos legales. La redacción debe ser clara, respetuosa y precisa, incluyendo todos los datos relevantes del arrendamiento.

A continuación, te mostramos un ejemplo de modelo de reclamación que puedes personalizar según tu situación específica. Este texto puede enviarse mediante burofax con acuse de recibo, carta certificada o correo electrónico si se tiene constancia de su recepción:

Asunto: Solicitud de devolución de fianza Nombre del inquilino: [Tu nombre completo] Dirección: [Tu dirección actual] Teléfono / Correo electrónico: [Tu contacto] Nombre del arrendador: [Nombre del propietario] Dirección del inmueble arrendado: [Dirección completa] Fecha del contrato de arrendamiento: [Fecha de inicio y fin] Estimado/a [nombre del casero]: Me dirijo a usted en relación con el contrato de arrendamiento del inmueble sito en [dirección de la vivienda], el cual finalizó el día [fecha de finalización] con la entrega de llaves en perfecto estado y sin desperfectos. Según lo establecido en la Ley de Arrendamientos Urbanos, usted dispone de un plazo máximo de 30 días naturales para efectuar la devolución de la fianza. Dado que ha transcurrido dicho plazo sin que haya recibido el reintegro correspondiente ni justificación válida de retención, le solicito de forma expresa la devolución íntegra del importe entregado en concepto de fianza: [importe en euros]. En caso de no recibir respuesta en un plazo máximo de 10 días, me veré obligado/a a iniciar las acciones legales oportunas. Sin otro particular, le saludo atentamente, [Firma (si es en papel)] [Nombre completo] [Fecha]

Este modelo puede adaptarse si existen circunstancias particulares, como retenciones parciales sin justificar, problemas en la entrega del inmueble o comunicaciones previas ya realizadas. Es recomendable adjuntar copia del contrato, justificantes de pago y fotografías del estado del piso para respaldar la reclamación.

Una reclamación formal por escrito no solo demuestra iniciativa y conocimiento legal, sino que en muchos casos provoca una reacción rápida del casero, que prefiere evitar complicaciones legales. Es una herramienta sencilla, efectiva y al alcance de cualquier inquilino.

Acciones legales y reclamación judicial

Si tras agotar las vías amistosas y formales el casero sigue sin devolver la fianza, el inquilino tiene la posibilidad de acudir a la justicia. Las acciones legales para recuperar la fianza no solo son legítimas, sino que están pensadas precisamente para proteger a los arrendatarios ante situaciones abusivas o de desatención por parte del propietario. Existen varios mecanismos legales para reclamar, y el más apropiado dependerá del importe reclamado y de la documentación que se tenga.

Las principales vías judiciales disponibles son:

  • Proceso monitorio: Es la vía más rápida y sencilla para reclamar cantidades dinerarias. No requiere abogado ni procurador si la reclamación no supera los 2.000 euros. Basta con presentar una demanda acompañada de pruebas como el contrato, justificantes de pago y comunicaciones con el casero.
  • Demanda ordinaria: Si el importe supera los 2.000 euros o el casero se opone al monitorio, el proceso puede derivar en una demanda civil ordinaria, que sí requerirá la asistencia de abogado y procurador.
  • Juicio verbal: Procedimiento rápido destinado a reclamaciones de menor cuantía, habitualmente inferior a 6.000 euros, donde también se pueden presentar pruebas sin necesidad de complejas formalidades.

Ten en cuenta: si el arrendador no responde a la demanda monitoria en 20 días hábiles, el juez dictará un auto que permitirá al inquilino iniciar el embargo de bienes si no se paga voluntariamente.

En cualquiera de estos procesos, es fundamental contar con toda la documentación que acredite la relación arrendaticia y el cumplimiento por parte del inquilino: contrato firmado, acta de entrega del piso, fotos del estado del inmueble, pagos realizados, etc. Una reclamación bien estructurada, acompañada de pruebas contundentes, suele resolverse favorablemente para el arrendatario.

Aunque el proceso judicial pueda parecer intimidante, no debe descartarse por miedo o desconocimiento. Existen servicios de orientación jurídica gratuita en muchos municipios y colegios de abogados que pueden asesorar al inquilino en los primeros pasos. En definitiva, si el casero incumple sus obligaciones, el sistema judicial está preparado para proteger los derechos del arrendatario y garantizar el reintegro de su fianza.

Preguntas frecuentes

A la hora de reclamar la devolución de la fianza, es normal que surjan dudas sobre plazos, derechos y procedimientos. En esta sección resolvemos las preguntas más comunes que se plantean los inquilinos al finalizar un contrato de alquiler. Conocer las respuestas te permitirá actuar con seguridad y defender tus derechos de manera eficaz.

¿Cuánto tiempo tiene el casero para devolver la fianza?
El casero dispone de un plazo máximo de 30 días naturales desde la entrega de llaves para devolver la fianza. Superado ese plazo, sin justificación, el inquilino puede exigir el importe con intereses legales.

¿Puede el casero descontar reparaciones menores de la fianza?
No. El casero solo puede descontar los daños que superen el uso normal y cotidiano de la vivienda. Reparaciones derivadas del desgaste habitual no justifican la retención de la fianza.

¿Qué hacer si el casero no responde a mis mensajes?
Envíale una reclamación formal por escrito, preferiblemente mediante burofax con acuse de recibo o carta certificada. Si no responde en un plazo razonable, puedes acudir a mediación o iniciar un proceso monitorio.

¿Qué documentación necesito para reclamar la fianza?
Es esencial contar con el contrato de arrendamiento, justificantes de pago, acta de entrega de llaves, fotografías del estado del inmueble y cualquier comunicación escrita con el casero. Todo esto respalda tu reclamación.

¿Necesito abogado para reclamar la fianza?
No necesariamente. Para reclamaciones de hasta 2.000 euros puedes iniciar un proceso monitorio sin abogado ni procurador. Sin embargo, contar con asesoramiento legal puede ayudarte a resolver el caso más rápidamente.

Estas respuestas cubren las dudas más frecuentes, pero cada caso puede tener particularidades. Por eso, es recomendable informarse bien y actuar con prontitud ante cualquier irregularidad para evitar la pérdida de la fianza.

Conclusión

La devolución de la fianza no debería ser un motivo de conflicto al finalizar un contrato de arrendamiento, pero en la práctica, muchos inquilinos se enfrentan a la negativa o al silencio del casero. Conocer los derechos legales, los plazos establecidos y los pasos adecuados para reclamar de forma efectiva permite evitar situaciones injustas y defender con firmeza lo que por ley corresponde.

A lo largo de este artículo hemos recorrido todo el proceso, desde la normativa básica hasta las acciones legales disponibles. Queda claro que el inquilino cuenta con mecanismos eficaces para exigir la devolución de su fianza siempre que haya cumplido con sus obligaciones contractuales. No importa si el casero intenta retrasar la devolución o guarda silencio: existen recursos formales, escritos legales y procedimientos judiciales como el monitorio que están diseñados para resolver estas situaciones de manera ágil y justa.

Recuerda: la mejor defensa es una buena preparación. Guarda toda la documentación del contrato, entrega el piso en buen estado, exige una copia del acta de entrega y, si es necesario, reclama tu fianza por escrito sin titubear. La ley está de tu lado.

No permitas que la falta de información o la inseguridad te frenen. Reclamar la fianza no es un favor que se pide, sino un derecho que se ejerce. Ya sea a través de una carta formal, una mediación o incluso una vía judicial, actuar con claridad y determinación es la mejor forma de resolver cualquier disputa relacionada con el alquiler.

En definitiva, si el casero no devuelve la fianza, el inquilino tiene las herramientas necesarias para responder con eficacia. Con conocimiento, documentación y voluntad, es perfectamente posible recuperar lo que te pertenece. No dejes que tu dinero se pierda por falta de acción: reclama, insiste y defiende tus derechos como arrendatario.

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