Requisitos legales para echar a un inquilino moroso

Requisitos legales para echar a un inquilino moroso

Publicado el 12 de mayo de 2025


📖 Tiempo estimado de lectura: 23 min

Introducción

El desahucio por impago de rentas es un proceso legal importante en el ámbito del arrendamiento, especialmente cuando un inquilino se encuentra en mora. Este procedimiento permite a los propietarios recuperar el uso de su propiedad y asegurar que sus derechos como arrendadores sean respetados. En este artículo, exploraremos los aspectos clave que un arrendador debe conocer al enfrentar un caso de inquilino moroso, desde los requisitos legales hasta los pasos prácticos para llevar a cabo el desahucio.

El proceso de desahucio no solo involucra aspectos legales, sino también un conocimiento adecuado de los derechos tanto del propietario como del inquilino. Para un propietario, entender los plazos, las notificaciones requeridas y las pruebas necesarias puede hacer la diferencia entre un procedimiento exitoso y uno que termine en complicaciones legales. Es esencial seguir un protocolo bien establecido para evitar sanciones o la nulidad del proceso.

A continuación, abordaremos los principales requisitos legales que deben cumplirse para iniciar un desahucio por morosidad, detallando cada uno de los pasos fundamentales. Además, exploraremos las consecuencias de no realizar el desahucio de manera adecuada y las opciones disponibles en caso de que surjan disputas.

Consejo clave: Antes de iniciar el desahucio, asegúrese de haber agotado todas las posibilidades de negociación con el inquilino. Un enfoque amigable podría ahorrar tiempo y recursos. Sin embargo, si la mora persiste, el proceso legal será inevitable.

En resumen, este artículo tiene como objetivo proporcionar a los arrendadores la información necesaria para manejar un caso de morosidad de manera efectiva, minimizando los riesgos legales y garantizando un resultado favorable en el proceso de desahucio. A medida que avancemos, se abordarán los detalles cruciales, comenzando con los requisitos legales básicos para poder llevar a cabo este tipo de acción judicial.

Requisitos Legales Básicos

Para iniciar un desahucio por impago de rentas, es fundamental cumplir con ciertos requisitos legales. Estos requisitos son esenciales para asegurar que el proceso sea válido y no sea susceptible de impugnación por parte del inquilino. A continuación, detallaremos los aspectos clave que deben cumplirse antes de proceder con la solicitud de desahucio.

El primer requisito es tener un contrato de arrendamiento válido. Este documento debe estar firmado por ambas partes (arrendador e inquilino) y debe especificar claramente las condiciones del alquiler, como la duración del contrato, el monto de la renta y las obligaciones de pago. Es importante que este contrato esté debidamente formalizado, ya sea por escrito o a través de otros medios aceptados por la legislación local.

Otro requisito clave es la mora del inquilino, es decir, el impago de las rentas por un período determinado. En la mayoría de los casos, el inquilino debe estar en mora durante un mes o más para que el arrendador pueda iniciar el proceso de desahucio. Es fundamental que el propietario pueda demostrar que el inquilino ha incumplido con el pago de las rentas de manera reiterada.

Además, antes de iniciar el desahucio, el arrendador debe haber notificado al inquilino el incumplimiento de pago. Esta notificación debe realizarse formalmente, ya sea a través de un burofax, carta certificada o cualquier otro medio que permita dejar constancia de la recepción por parte del inquilino. En esta notificación, se le debe advertir que si no salda la deuda en un plazo determinado, el arrendador procederá con el desahucio.

Consejo legal: Antes de enviar la notificación, es recomendable que el arrendador intente una negociación con el inquilino. La mediación puede evitar que se llegue al desahucio y ayudar a resolver el problema sin recurrir a medidas legales.

En resumen, los requisitos legales básicos para iniciar un desahucio por impago son: contar con un contrato de arrendamiento válido, tener pruebas de la mora del inquilino, y haber realizado una notificación formal al inquilino. Cumplir con estos pasos es esencial para garantizar que el proceso se lleve a cabo de manera efectiva y conforme a la ley.

Tipos de Morosidad en el Alquiler

La morosidad en el alquiler se refiere al incumplimiento de las obligaciones de pago por parte del inquilino. Existen varios tipos de morosidad que pueden presentarse, y es importante que los propietarios de inmuebles comprendan las diferencias entre ellos para actuar de manera adecuada y oportuna. A continuación, exploraremos los principales tipos de morosidad que pueden surgir en un contrato de arrendamiento.

Un tipo común de morosidad es la mora parcial, en la que el inquilino no paga la totalidad de la renta, pero sí abona una parte. Esta situación, aunque no tan grave como el impago total, puede generar una acumulación de deuda con el tiempo, lo que pone en riesgo la relación arrendador-inquilino.

Otro tipo de morosidad es el impago total. Este es el más serio, ya que implica que el inquilino no ha pagado ninguna parte de la renta acordada. En este caso, el arrendador tiene derecho a iniciar el proceso de desahucio tras los plazos establecidos por la ley, siempre que haya cumplido con los requisitos legales para hacerlo.

También existe lo que se conoce como morosidad ocasional, que ocurre cuando el inquilino enfrenta dificultades temporales, como un retraso en el cobro de su salario o una emergencia personal. En este tipo de casos, es posible que el inquilino pague la deuda de manera posterior, lo que puede evitar el desahucio si el arrendador está dispuesto a negociar.

Consejo importante: Si el inquilino demuestra una intención genuina de pagar la deuda pendiente, el arrendador puede optar por negociar un plan de pagos antes de iniciar un proceso de desahucio.

En ocasiones, también puede surgir una morosidad estratégica, donde el inquilino decide no pagar para presionar al arrendador y conseguir una reducción de la renta o un beneficio adicional. Este tipo de comportamiento puede ser más difícil de manejar, ya que suele implicar una actitud deliberada de incumplimiento.

Finalmente, existe la morosidad crónica, en la que el inquilino tiene un historial de pagos atrasados o incumplidos de manera recurrente. En estos casos, el arrendador tiene más razones para iniciar un desahucio, ya que el inquilino no muestra signos de mejorar su comportamiento de pago.

Proceso de Desahucio por Impago

El proceso de desahucio por impago de rentas es un procedimiento legal que permite a los propietarios de inmuebles recuperar la posesión de su propiedad cuando un inquilino no cumple con sus obligaciones de pago. Este proceso, aunque necesario para proteger los derechos de los arrendadores, debe seguir una serie de pasos establecidos por la ley para ser válido. A continuación, exploraremos cómo debe llevarse a cabo este proceso y qué medidas tomar en cada etapa.

El primer paso en el proceso de desahucio es la notificación formal al inquilino. Antes de iniciar cualquier acción legal, el arrendador debe informarle al inquilino sobre su incumplimiento en el pago de la renta. Esta notificación debe ser entregada de forma oficial, ya sea mediante burofax, carta certificada u otros métodos que dejen constancia de su recepción. En la notificación, el arrendador debe especificar el monto adeudado y el plazo para regularizar el pago antes de iniciar el desahucio.

Si el inquilino no paga la deuda dentro del plazo establecido en la notificación, el siguiente paso es presentar la demanda de desahucio ante el juzgado correspondiente. El arrendador debe acudir a un abogado y presentar una demanda formalmente. En esta demanda, se incluirán todos los documentos necesarios que acrediten el incumplimiento, como el contrato de arrendamiento y los justificantes de los impagos.

Tras la presentación de la demanda, el juez determinará si procede iniciar el proceso de desahucio. En caso afirmativo, se fijará una fecha para la audiencia, donde tanto el arrendador como el inquilino podrán presentar sus pruebas y argumentos. Es importante destacar que, en algunas jurisdicciones, el proceso puede ser más rápido si el inquilino no se presenta a la audiencia o no tiene una defensa válida.

Consejo práctico: Durante todo el proceso, es fundamental que el arrendador conserve todos los registros de comunicación con el inquilino, incluidos los pagos realizados, las notificaciones enviadas y cualquier otra interacción relacionada con el impago.

En caso de que el juez falle a favor del arrendador, se procederá con el desalojo del inquilino. El inquilino tendrá un plazo para abandonar la propiedad, y si no lo hace voluntariamente, se llevará a cabo el desahucio forzoso con la ayuda de la policía o autoridades competentes. Cabe destacar que, en algunos casos, el arrendador puede reclamar también las cantidades adeudadas por la vía judicial, además de la recuperación de la propiedad.

En resumen, el proceso de desahucio por impago de rentas es un procedimiento legal que debe seguirse con rigurosidad para evitar contratiempos. Desde la notificación al inquilino hasta el posible desalojo forzoso, cada paso debe cumplir con los requisitos establecidos por la ley. Al actuar de manera correcta y respetuosa con los derechos del inquilino, el arrendador podrá recuperar su propiedad y proteger sus intereses.

Notificación al Inquilino

La notificación al inquilino es uno de los pasos fundamentales en el proceso de desahucio por impago de rentas. Antes de tomar cualquier medida legal, el arrendador debe informar al inquilino de que está en mora y darle un plazo para regularizar la situación. Esta notificación tiene una función clave en la protección de los derechos tanto del arrendador como del inquilino, ya que es el primer paso formal para resolver el incumplimiento del contrato de arrendamiento.

Es importante que esta notificación se realice de forma adecuada y conforme a la ley para evitar futuros problemas legales. En primer lugar, la notificación debe ser clara y precisa, especificando la cantidad adeudada, el período de impago y el plazo para subsanar la deuda. El arrendador debe proporcionar al inquilino suficiente tiempo para regularizar el pago antes de que el desahucio sea iniciado.

Existen diversos métodos legales para realizar esta notificación, y es fundamental que el arrendador elija uno que garantice que el inquilino haya recibido la comunicación. Entre los métodos más comunes se incluyen:

  • Burofax: Asegura la entrega de la notificación con acuse de recibo.
  • Carta certificada con acuse de recibo: También garantiza que el inquilino haya recibido la notificación.
  • Entrega en mano: Si es posible, entregar la notificación personalmente y obtener un recibo firmado.

Consejo legal: Es recomendable que el arrendador mantenga una copia de la notificación y cualquier documento de prueba, como el acuse de recibo, para tener un registro en caso de que el inquilino impugne la acción en el futuro.

El contenido de la notificación debe incluir no solo el monto adeudado, sino también una advertencia clara sobre las consecuencias del impago, como la iniciación del proceso de desahucio si no se regulariza la deuda. El plazo para el pago debe ser razonable, generalmente entre 5 y 15 días, dependiendo de la legislación local y de las condiciones específicas del contrato de arrendamiento.

En resumen, la notificación al inquilino es una parte esencial del proceso de desahucio por impago. Es importante que el arrendador la realice de forma legal y documentada, asegurándose de que el inquilino tenga suficiente tiempo para pagar la deuda antes de que se inicie cualquier acción judicial. Al seguir este procedimiento correctamente, el arrendador protegerá sus derechos y reducirá el riesgo de complicaciones legales futuras.

Documentos Necesarios para el Desahucio

Para iniciar un proceso de desahucio por impago de rentas, es esencial contar con una serie de documentos que respalden la demanda ante el juzgado. Estos documentos no solo son necesarios para cumplir con los requisitos legales, sino que también sirven como prueba de que el arrendador ha seguido los procedimientos adecuados. A continuación, detallamos los principales documentos que deben ser presentados.

El primer documento esencial es el contrato de arrendamiento. Este contrato debe estar firmado por ambas partes, especificando claramente los términos del arrendamiento, como el monto de la renta, la duración del contrato, y las obligaciones tanto del arrendador como del inquilino. El contrato es la base para demostrar que existe una relación legal entre ambas partes y que el inquilino está obligado a pagar la renta acordada.

Además del contrato, es necesario presentar los justificantes de impago. Estos pueden incluir recibos de renta, extractos bancarios que muestren la falta de pagos, o cualquier otra prueba documental que demuestre que el inquilino no ha cumplido con sus obligaciones. En muchos casos, se requerirá que el arrendador presente una relación detallada de los pagos y los periodos de impago.

Otro documento crucial es la notificación formal enviada al inquilino. Como parte del proceso, el arrendador debe haber notificado al inquilino sobre el impago y el plazo otorgado para regularizar la deuda. La notificación debe ser realizada de manera formal, como un burofax o una carta certificada, y debe incluir detalles sobre el monto adeudado y las consecuencias de no realizar el pago.

Consejo práctico: Asegúrese de mantener copias de todos los documentos enviados al inquilino, incluyendo los acuses de recibo, ya que estos pueden ser solicitados durante el proceso judicial.

También es recomendable contar con una prueba de que el inquilino ha recibido la notificación, lo que puede incluir el acuse de recibo firmado o la confirmación de entrega. Esto es importante para demostrar que el inquilino fue debidamente informado de las consecuencias del impago y tuvo la oportunidad de regularizar su situación antes de que se iniciara el desahucio.

En resumen, los documentos necesarios para iniciar un desahucio por impago de rentas incluyen el contrato de arrendamiento, los justificantes de impago, la notificación formal al inquilino y cualquier otra prueba de que el inquilino ha sido debidamente informado. Contar con estos documentos es esencial para asegurar que el proceso legal se desarrolle correctamente y con las mayores probabilidades de éxito.

Plazos Legales en el Desahucio

El proceso de desahucio por impago de rentas está regido por plazos legales específicos que deben ser respetados tanto por el arrendador como por el inquilino. Estos plazos son fundamentales para garantizar que el proceso se lleve a cabo de acuerdo con la ley, evitando que se produzcan irregularidades o demoras innecesarias. En esta sección, se detallan los plazos más importantes que deben tener en cuenta las partes involucradas en un desahucio.

El primer plazo que debe considerarse es el periodo de mora, es decir, el tiempo que el inquilino tiene para ponerse al día con los pagos antes de que el arrendador pueda iniciar el desahucio. En general, el arrendador debe esperar al menos un mes de impago antes de tomar medidas. Sin embargo, este plazo puede variar dependiendo de las condiciones establecidas en el contrato de arrendamiento o de la legislación local.

Una vez transcurrido el plazo de mora, el arrendador puede enviar la notificación formal al inquilino, que generalmente otorga un plazo adicional de entre 5 y 15 días para regularizar la deuda. Este es el plazo en el que el inquilino puede ponerse al corriente con el pago y evitar que se inicie el proceso de desahucio. Si el inquilino no paga dentro de este periodo, el arrendador puede presentar la demanda de desahucio ante el juzgado.

Tras presentar la demanda, el juez fijará una audiencia para analizar el caso. El plazo para esta audiencia puede variar dependiendo de la carga de trabajo del juzgado, pero generalmente se celebra entre 30 y 60 días después de la presentación de la demanda. En la audiencia, ambas partes podrán presentar sus pruebas y argumentos, y el juez determinará si procede con el desahucio.

Consejo legal: Es crucial que el arrendador cumpla estrictamente con los plazos establecidos por la ley para evitar que el proceso de desahucio sea declarado nulo o que se produzcan retrasos innecesarios.

Si el juez falla a favor del arrendador, se emitirá una orden de desahucio. A partir de esa orden, el inquilino tendrá un plazo de entre 5 y 15 días para abandonar la propiedad de forma voluntaria. Si el inquilino no desaloja la vivienda dentro del plazo estipulado, el arrendador podrá solicitar el desalojo forzoso con la ayuda de la policía.

En resumen, los plazos legales en el desahucio son cruciales para el buen desarrollo del proceso. Desde el tiempo que debe esperar el arrendador para iniciar el desahucio hasta el plazo para el desalojo, cada uno de estos plazos está diseñado para proteger tanto al arrendador como al inquilino, asegurando que se cumplan los derechos y obligaciones de ambas partes.

Costes del Proceso de Desahucio

El proceso de desahucio por impago de rentas no solo implica una serie de pasos legales y administrativos, sino que también conlleva ciertos costes que deben ser considerados por el arrendador. Estos costes pueden variar según diversos factores, como la complejidad del caso, la necesidad de acudir a un abogado, o el uso de servicios judiciales para llevar a cabo el desahucio. A continuación, se detallan los principales costes asociados a este proceso.

Uno de los principales costes del desahucio es el honorario del abogado. En la mayoría de los casos, el arrendador necesitará la asesoría legal de un abogado especializado en arrendamientos y desahucios. Los honorarios pueden variar dependiendo de la complejidad del caso, pero es común que los abogados cobren una tarifa fija o un porcentaje sobre el monto de la deuda. El coste de los honorarios legales es uno de los gastos más significativos para los arrendadores.

Además de los honorarios legales, existen otros costes judiciales relacionados con el proceso de desahucio. Por ejemplo, las tasas de presentación de la demanda ante el juzgado, que varían dependiendo de la jurisdicción y del valor de la deuda. Este coste es obligatorio para iniciar el proceso judicial y debe ser abonado al presentar la demanda de desahucio.

En algunos casos, puede ser necesario realizar otros gastos adicionales, como los costes de notificación. Si el arrendador no puede entregar la notificación directamente al inquilino, puede recurrir a servicios de mensajería oficial o incluso a la policía para realizar la entrega, lo que genera costes adicionales. Este coste depende del medio utilizado para realizar la notificación, pero siempre debe ser cubierto por el arrendador.

Consejo práctico: Es recomendable que el arrendador se informe previamente sobre los costes específicos en su localidad, ya que pueden variar según las circunstancias del caso y la legislación vigente. Algunos costes pueden ser recuperados si el desahucio resulta exitoso y el inquilino es condenado a pagar.

Además de los gastos iniciales, el arrendador puede incurrir en costes adicionales si el caso se prolonga o si es necesario realizar una ejecución forzosa del desahucio. En estos casos, los costes pueden incluir el pago de servicios de desalojo o el uso de la fuerza pública para garantizar que el inquilino desaloje la propiedad.

En resumen, los costes del proceso de desahucio incluyen los honorarios legales, las tasas judiciales, los costes de notificación, y posibles gastos adicionales si el proceso se extiende. Aunque el desahucio puede ser costoso, es importante que el arrendador lo considere como una inversión para proteger su propiedad y asegurar que se cumplan los términos del contrato de arrendamiento.

Recursos y Apelaciones en el Desahucio

Durante el proceso de desahucio por impago de rentas, el inquilino tiene la posibilidad de presentar recursos y apelaciones en diversas etapas del procedimiento. Estos recursos permiten al inquilino impugnar la decisión del juez o el curso de las acciones legales si considera que sus derechos no han sido adecuadamente protegidos. Es importante que tanto el arrendador como el inquilino comprendan cómo funcionan estos recursos, ya que pueden influir en la duración y el coste del proceso de desahucio.

En primer lugar, una vez que el juez dicta una sentencia en favor del arrendador, el inquilino tiene derecho a presentar una apelación si no está de acuerdo con el fallo. Esta apelación debe presentarse dentro de un plazo determinado, generalmente de 10 a 20 días, dependiendo de la legislación local. La apelación implica que el caso será revisado por un tribunal superior, que podrá confirmar, modificar o anular la decisión inicial.

Además, si la apelación es rechazada, el inquilino puede recurrir la ejecución del desahucio. Este recurso busca suspender la ejecución del desalojo, generalmente por razones justificadas, como la existencia de pruebas que indiquen que el inquilino no ha tenido suficiente tiempo o ha sido afectado por una circunstancia excepcional. Este tipo de apelación también debe presentarse dentro de un plazo legal específico.

Es importante señalar que durante el proceso de apelación, el desahucio puede quedar suspendido temporalmente, lo que puede retrasar la recuperación de la propiedad por parte del arrendador. Sin embargo, en algunos casos, el tribunal podría permitir que el desahucio se ejecute de forma provisional si existen razones suficientes para ello.

Consejo legal: Los recursos y apelaciones pueden alargar considerablemente el proceso de desahucio, por lo que es fundamental que el arrendador se mantenga informado sobre sus derechos y plazos. Consultar con un abogado especializado es esencial para tomar decisiones informadas durante el proceso.

En resumen, los recursos y apelaciones son herramientas legales que permiten a los inquilinos impugnar el desahucio, pero también pueden alargar el proceso y generar costes adicionales. Es fundamental que tanto arrendadores como inquilinos comprendan los plazos y procedimientos legales asociados con estos recursos para tomar decisiones estratégicas durante el proceso de desahucio.

Consecuencias de No Realizar el Desahucio

El desahucio es un proceso legal importante para los arrendadores cuando un inquilino no cumple con sus obligaciones de pago. Sin embargo, en ocasiones, los arrendadores pueden optar por no llevar a cabo el desahucio, ya sea por temor a los costos, la duración del proceso o por intentar una solución amigable con el inquilino. No obstante, esta decisión puede acarrear serias consecuencias que afecten tanto al arrendador como a la propiedad arrendada.

Una de las principales consecuencias de no realizar el desahucio es la acumulación de deudas impagas. Si un inquilino sigue sin pagar la renta y el arrendador no toma medidas para desalojarlo, la deuda puede aumentar rápidamente, lo que pone en riesgo la rentabilidad de la propiedad. Además, los arrendadores podrían verse obligados a asumir el costo de mantener la propiedad sin recibir ingresos por el alquiler.

Otra consecuencia importante es la posibilidad de que el inquilino cause daños a la propiedad. Si un arrendador no actúa con rapidez y permite que el inquilino continúe ocupando la vivienda sin pagar, el inquilino podría realizar modificaciones no autorizadas, causar daños materiales o incluso afectar el estado general del inmueble. Estos daños pueden ser costosos de reparar y representar una pérdida significativa para el propietario.

Además, si el arrendador no actúa y sigue permitiendo la ocupación del inmueble, puede perder la capacidad de recuperar la propiedad. En algunos casos, un inquilino que permanece mucho tiempo sin pagar puede adquirir derechos de uso sobre la vivienda, lo que dificultaría aún más el proceso de desalojo. Esto es especialmente cierto si el inquilino se acoge a ciertas legislaciones locales que protegen a los ocupantes de larga duración.

Consejo importante: No retrasar el desahucio es clave para evitar la acumulación de deudas y daños a la propiedad. Iniciar el proceso de desahucio de manera temprana puede ahorrar al arrendador tiempo y recursos, y proteger su inversión.

Finalmente, al no realizar el desahucio de manera oportuna, el arrendador también podría enfrentar problemas legales. Si el arrendador no cumple con las leyes y procedimientos establecidos para la expulsión del inquilino, puede ser considerado responsable de permitir que el inquilino permanezca en la propiedad, lo que podría resultar en sanciones o incluso en una demanda judicial.

En resumen, no llevar a cabo el desahucio cuando es necesario puede resultar en una serie de consecuencias negativas, que van desde la acumulación de deudas y daños a la propiedad, hasta complicaciones legales y la pérdida de la posesión de la vivienda. Es fundamental que los arrendadores actúen con rapidez y eficiencia para proteger sus derechos y garantizar el cumplimiento de las condiciones del contrato de arrendamiento.

Preguntas Frecuentes

A continuación, respondemos algunas de las preguntas más comunes que surgen en el proceso de desahucio por impago de rentas. Estas preguntas abarcan desde los plazos y costes hasta los derechos y obligaciones tanto del arrendador como del inquilino.

1. ¿Cuánto tiempo tarda el proceso de desahucio?
El tiempo que tarda un desahucio puede variar dependiendo de diversos factores, como la carga de trabajo del juzgado o si el inquilino decide apelar. Sin embargo, en general, un desahucio puede durar entre 2 y 6 meses. En algunos casos, si el inquilino apela o el proceso se retrasa por otras razones, puede tomar más tiempo.

2. ¿Puedo desalojar al inquilino si no paga, sin iniciar un proceso judicial?
No. Para desalojar a un inquilino por impago, es necesario seguir un proceso legal. Intentar un desalojo sin el procedimiento judicial adecuado puede resultar en complicaciones legales para el arrendador. Es importante seguir todos los pasos legales, que incluyen notificación, demanda y, si es necesario, desalojo forzoso.

3. ¿Cuáles son los costes asociados al desahucio?
Los principales costes del desahucio incluyen los honorarios de abogado, las tasas judiciales por presentar la demanda y los posibles costes de notificación y desalojo forzoso. Los honorarios legales suelen ser el mayor gasto, pero también es importante tener en cuenta los costes adicionales que puedan surgir durante el proceso.

4. ¿Qué pasa si el inquilino no cumple con la sentencia de desahucio?
Si el inquilino no desaloja la propiedad dentro del plazo establecido en la sentencia, el arrendador puede solicitar la ayuda de la policía o autoridades competentes para llevar a cabo el desalojo forzoso. Este proceso puede implicar costes adicionales y, en algunos casos, más tiempo para completar.

5. ¿El inquilino puede apelar la sentencia de desahucio?
Sí, el inquilino tiene derecho a apelar la sentencia de desahucio. Si decide apelar, el proceso puede retrasarse, ya que el caso será revisado por un tribunal superior. Sin embargo, la apelación no suspende automáticamente el desahucio, a menos que el juez decida lo contrario.

Consejo importante: Si tienes dudas adicionales sobre el proceso de desahucio o necesitas asistencia legal, es recomendable consultar con un abogado especializado para asegurar que se sigan correctamente los procedimientos establecidos por la ley.

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